INDIANAPOLIS — Con un juego lleno de intensidad y pasión, los Pacers de Indiana mantuvieron vivas sus esperanzas de avanzar a la Final de la NBA. Guiados por el enorme Roy Hibbert, convertido en una verdadera potencia interior, los Pacers derrotaron el martes en la noche 99-92 al Heat de Miami para igualar a dos triunfos por bando la serie de tercera ronda de la Conferencia Este de donde saldrá el rival de los Spurs de San Antonio el próximo 6 de junio.
Miami no estuvo a la altura del momento y tampoco contó con aportes significativos de Dwyane Wade, Udonis Haslem o Chris Bosh, quien tuvo que abandonar el choque en el tercer período –regresaría para el cuarto- por una lesión luego de colisionar aparatosamente con Hibbert.
El gigante de los Pacers, como ha sido usual en esta serie, volvió a ser una pesadilla cerca del canasto al anotar 23 puntos y capturar 12 rebotes. Hibbert y David West utilizaron sus habilidades físicas para golpear dentro de la pintura al Heat, que no encontró respuesta para ambos. Cabe decir que los cinco titulares de Indiana terminaron en dobles dígitos. “Esta noche hicimos las cosas diferentes y no permitimos que ellos desarrollaran su juego’’, expresó Hibbert. “Cuando hacemos lo nuestro, a ellos les es difícil realizar su transición.
Ahora vamos a Miami a seguir esta batalla’’. LeBron James y Mario Chalmers fueron los mejores por Miami con 24 y 20 cartones, pero en general la ofensiva de los reyes vigentes de la liga careció de movimiento e imaginación, con una insistencia inútil en los disparos desde el perímetro, en vez de atacar el aro como en el tercer encuentro. Indiana comenzó el choque con gran intensidad y logró una ventaja de 11 puntos en los dos minutos iniciales, al punto de obligar al coach Erik Spoelstra a pedir un tiempo para reorganizar su equipo, que poco a poco logró levantar su juego para terminar el primer parcial sólo cuatro puntos por debajo (24-22).
Durante el segundo tiempo los Pacers amenazaron repetidamente con escaparse del alcance de Miami y en cierto momento llegaron a estar delante por 10 cartones, pero los campeones defensores supieron responder a cada ofensiva de los locales y de hecho ganaron el período 25-22. James no estuvo muy certero en la primera mitad al encestar apenas tres tiros de campo en 11 intentos, pero su labor incansable tuvo un efecto negativo en el mejor hombre de Indiana, Paul George, quien tuvo la ingrata tarea de marcar al King y pronto se vio en problemas de faltas que lo confinaron al banco por largos ratos.
Esta situación continuó en el tercer parcial, cuando ambos conjuntos se intercambiaron la ventaja en innumerables ocasiones. Miami suele apretar la marca y elevar su juego en estos minutos. Indiana, sin embargo, supo aguantar y no sólo eso, sino que desarrolló un rally en los minutos finales para sumar siete unidades de ventaja. Lo mejor, como siempre, quedó listo para el último tiempo.
El Heat lanzó una acometida que borró la diferencia y de nuevo los dos equipos se enfrascaron en una batalla por ver quién retenía la cima, pero el punto de quiebre se produjo con 3:28 por jugar el partido se encontraba empatado 89-89. A partir de ese momento los de casa, sintiendo esa urgencia del que está al borde del precipicio, aumentaron la intensidad y aseguraron la supervivencia. A pesar de algunas decisiones cuestionables de los árbitros –como una falta ofensiva de James difícil de entender-, los Pacers merecieron el triunfo. (El Nuevo Herald)