El pasado 19 de mayo Alana Hadley debutó en el Maratón de Cleveland, Estados Unidos, acabando la prueba con un tiempo discreto: 2h:58:24 (tenía en perspectiva las 2 horas 40 minutos, pero sufrió en el tramo final de la prueba). Una adolescente con coletas que, a sus 16 años de edad, ha encendido un debate en Estados Unidos sobre sies saludable que a edades tan tempranas estos atletas se metan entre pecho y espalda 42.195 metros corriendo.
Su padre, Mark, un analista financiero que se recicló como entrenador y controla los esfuerzos de su niña acompañándola en bicicleta, está encantado con la perspectiva de tener una futura campeona en la familia. También su madre, Jennifer, y su hermano menor, Bryce, que la siguen en todas sus carreras.Hasta ahora Alana se había conformado con pruebas de cross y medias maratones. Pero ha decidido dar el salto.
Vive en Charlotte, Carolina del Norte, y sus compañeros de la escuela secundaria no entienden su pasión por el atletismo. Ellos no corren 110 millas (176 kilómetros) a la semana ni se levantan a las 5 de la mañana para entrenar (con sesión de propina por las tardes). «¿No te cansas?», le preguntan. «En realidad, no», contesta Alana. «¡Me encanta correr!».El New York Times le dedicó un amplio reportaje antes de que participara en el Maratón de Cleveland.
A los tres años empezó a dar la lata a sus padres con este asunto. Disputó su primera carrera a los 6, cinco kilómetros en los que invirtió 27 minutos, una marca más que respetable para una niña de su edad. Entonces la familia comprendió que la cosa iba en serio. Ahora, con página web, blog y cuenta en Twitter@AlanaHadley donde cuenta sus experiencias, Alana se ha convertido en una pequeña celebridad en su país. Su sueño es competir algún día en unos Juegos Olímpicos.
Los expertos consideran, sin embargo, que esta precocidad es temeraria. Precisamente en un intercambio de pareceres en Twitter, Bernard Lagat, mediofondista estadounidense de origen keniano (campeón del mundo en 1.500 y 5.000 metros), le expresó su preocupación por la falta de moderación en los entrenamientos para una chica tan joven.
Peligro de lesiones
«Como técnico e, incluso, como padre, soy contrario a que los adolescentes afronten maratones. Si es de forma esporádica y para divertirse, tiene un pase, pero si fuerzan la máquina es otra cuestión», comenta Antonio Serrano, entrenador de atletismo, que tiene entre sus pupilos a algunos maratonianos españoles, como Alessandra Aguilar, Chema Martínez y Pablo Villalobos. «Los africanos, por dinero, empiezan muy jóvenes en esta disciplina, y los japoneses también, estos por tradición. En Europa la tendencia ha sido que atletas de medio fondo se pasen al maratón cuando son veteranos. En realidad se puede empezar a competir con garantías mucho antes, a los 24 o 25 años». Serrano tiene bajo su supervisión a atletas júniors que disputan los 10.000 metros.
«Si no vas a tener un gran rendimiento no merece la pena arriesgarse», señala el traumatólogo David López Capapé, que trabaja con varios atletas de élite españoles. «Hay casos diferentes, como el de la mediofondista norteamericana Mary Cain, de 17 años, un prodigio que ha acreditado 4:04.62 en 1.500 metros. Pero Alana Hadley podría sufrir fracturas de estrés, ya que no se ha desarrollado muscularmente, y anemias. En casos como el suyo yo recomiendo paciencia. En dos o tres años podrá afrontar maratones con menos riesgos para su salud»./ MIGUEL ÁNGEL BARROSO