El ciclista británico Mark Cavendish (Omega) se ha impuesto este domingo en la vigésimo primera y última etapa del Giro, un paseo de 199 kilómetros entre las localidades italianas de Riese Pio X y Brescia, donde Sacha Modolo (Bardiani) y Elia Viviani (Cannondale) fueron segundo y tercero a la llegada a meta, donde el siciliano Vincenzo Nibali (Astana) se proclamó campeón.
Un sprint limpio decidió la protocolaria última etapa de la ronda italiana. Ganó Cavendish, para llevarse el triunfo en la regularidad, la maglia rossa y demostrar que es infalible. Su potencia le ha llevado a ganar los cuatro finales al sprint que han ocurrido.
Con el final oficial del Giro, más allá del vivido este sábado con el épico triunfo de Nibali en Tre Cime Lavaredo, el italiano se proclama campeón por primera vez de la competición transalpina. Es su segundo grande después de que en 2010 se hiciera con La Vuelta a España.
De este modo, con la llegada de los corredores al corazón de la ciudad de Brescia, Nibali concluyó con un tiempo de 84:53.28 horas. Muy aventajado, a 4.43 minutos, del segundo puesto que ocupó el colombiano Rigoberto Urán (Sky) y de Cadel Evans (BMC), tercero, a 5.52.
Se cuelan dentro del top ten otros ciclistas como Michele Scarponi (Lampre), Carlos Betancur (AG2R), cuarto y quinto, o Beñat Intxausti (Movistar), el mejor de los españoles. Los tres, aun más alejados de un líder impasible al que ningún corredor ha conseguido hacer frente.
Líder desde la octava etapa
Se completa así un Giro que encontró a su líder, su maglia rosa, en la octava etapa, después de que ningún corredor se aferrara con fuerza al maillot de líder. Sucedió al español Beñat Intxausti para después demostrar su fortaleza con dos triunfos consecutivos en las etapas finales de montaña, con la suspensión de la exigente jornada que unía los puestos de Ponte Di Legno, Val Martello y Martellal.
Y es que si hay una imagen que defina este Giro, esa es la de Nibali alzando los brazos bajo la tormenta en Tre Cime Lavaredo. La nieve hacía imposible casi ver al campeón del Giro más exigente de los últimos tiempos, con modificaciones de recorridos y múltiples abandonos. La espiral dorada está más que merecida.
Además de los abandonos, que amenazaron con restar brillo a la competición —sobre todo en los casos de Wiggins (Sky), Gesink (Blanco) o Hesjedal (Gramin), vigente campeón hasta el momento—, quizá la nota más impactante la dio el italiano Danilo di Luca (Vini Fantini). El ganador del Giro en 2007 dio positivo por EPO y fue apartado de la competición, volviendo a colocar la sombra del dopaje sobre el deporte de las dos ruedas.