Redacción Deportes (EEUU), 6 Abr. 2013 (EFE).- Los Cardinals de Louisville volvieron por primera vez en 27 años al partido por el título del campeonato nacional universitario de la NCAA al vencer 72-68 a los Shockers de Wichita State, la gran revelación del torneo, en la primera semifinal de la Final Four.
El escolta alero Luke Hancok surgió como el sexto hombre ganador de los Cardinals y anotó 20 puntos, mientras que el base Tim Henderson también salió del banquillo y encestó dos triples que permitieron la remontada de Louisville en la segunda parte.
El base Russ Smith acabó el partido como máximo encestador de los Cardinals al conseguir 21 puntos y el alero Chane Behanan anotó 10 tantos y nueve rebotes, que lo dejaron como tercer jugador del equipo de Louisville que tuvo números de dos dígitos. Behanan también capturó nueve rebotes y fue el líder del equipo en esa faceta del juego, que dominaron los Shockers al capturar 35 balones bajo los aros por 32 de Louisville.
Sin embargo, los Cardinals como equipo lograron un 45% (22-49) en los tiros de campo y el 36% (9-25) en triples, comparados al 41% (22-54) y 30% (6-20), respectivamente, de los Shockers, que llegaron al torneo como novenos cabezas de serie.
El equipo de Louisville (34-5), cabeza de serie número uno, que llega por primera vez al partido por el título nacional de la NCAA desde que lo ganó en 1986, tuvo también en el banquillo al base Kevin Ware, que sufrió una grave lesión en la final regional del Medio Oeste que ganaron (85-63) a los Blue Devils de Duke y fue la gran inspiración.
Ware sufrió varias fracturas de la tibia de la pierna izquierda, una de ellas abierta y que le impedirá jugar por al menos un año.
Hancok, el gran amigo de Ware, fue el jugador clave del equipo en el campo y el que hizo posible el triunfo de los Cardinals, que no jugaron su mejor partido, pero al final lograron la victoria.
El alero Cleanthony Early fue el líder de los Shockers (30-9) al aportar un doble-doble de 24 puntos y 10 rebotes, pero al final no impidieron la derrota de su equipo, que estuvo cerca de volver a dar la gran sorpresa.
Los Shockers eliminaron en la regional del Oeste a los equipos de Gonzaga y Ohio State, primero y segundo cabeza de serie, respectivamente, y llegaron a la Final Four por primera vez desde la temporada de 1965.
De nuevo estuvieron cerca de conseguir otro gran triunfo cuando a falta de 13:35 minutos para que concluyera el partido tenían una ventaja parcial de 12 puntos (47-35), la mayor permitida durante todo el torneo por los Cardinals, que no jugaron con la misma intensidad y emoción que lo hicieron la semana anterior.
Sin embargo, al final encontraron en su defensa y la inspiración de Hancok y el acierto de Henderson con los triples decisivos hicieron la diferencia.
Los Cardinals ya habían conseguido la victoria durante la temporada regular después de remontar marcadores adversos, incluida una desventaja de 16 puntos en el partido por el título de la Conferencia Big East, pero éste sería el más valioso e importante.
El entrenador de los Cardinals, Rick Pitino, reconoció que su equipo al final mostró carácter, pero fueron los jugadores reservas los que establecieron la diferencia.
"Les mantuve diciendo a los jugadores que había que luchar, que llegaría la racha encestadora, pero que teníamos que defender", destacó Pitino. "Ha que darle crédito a los rivales, pero nuestros reservas esta noche nos permitieron ganar el partido".
Michigan 61 – Syracuse 56
La vuelta de los equipos campeones de la década de los ochenta se completó en la Final Four del baloncesto universitaria después que los Wolverines de Michigan vencieron por 61-56 a los Orange de Syracuse en la segunda semifinal del campeonato nacional de la NCAA que se disputa en el George Dome de Atlanta.
La victoria de los Wolverines les permite enfrentarse el lunes en el mismo escenario a los Cardinals de Louisville, que en la primera semifinal también vencieron por 61-56 a los Shockers de Wichita State.
Los Cardinals jugarán su primer partido por el título nacional desde 1986, cuando lo ganaron. Los Wolverines tampoco habían vuelto a la gran final de la NCAA desde 1989, año en el que se proclamaron campeones con los famosos "Fav Five".
Nada de eso tienen ahora los Wolverines, pero sí un equipo formado por jóvenes talentos, entre los que se encuentra el alero dominicano Joh Horford. Han formado un grupo ganador y con posibilidades de dejar también su legado de campeones.
Esta vez, la temible defensa de zona que tanto éxito les dio durante toda la temporada y el torneo de la NCAA a los Orange no afectó al ataque de los Wolverines, que la superaron en la primera parte con triples, pases rápidos y una actitud ganadora en todo momento.
Los Wolverines (31-7), que con su triunfo impidieron que se diese una gran final entre equipos de la Conferencia Big East, no jugaron igual en la segunda parte, pero al final consiguieron hacer valer la ventaja que tenían y aseguraron la victoria ante los Orange (30-10).
El escolta Tim Hardaway Jr., hijo del exjugador de la NBA de su mismo nombre que triunfo con los Warriors de Golden State y Heat de Miami, fue el líder de los Wolverines al aportar 13 puntos, seis rebotes, cinco asistencias y recuperar un balón.
Los aleros Glenn Robinson III y Mitch McGay lograron 10 tantos cada uno y fueron los tres únicos jugadores de los Wolverines que tuvieron números de dos dígitos.
McGay consiguió un doble-doble al ser el líder en el juego bajo los aros, donde capturó 12 rebotes, incluidos siete que fueron defensivos, repartió seis asistencias y puso dos tapones, que lo dejaron como otras de las claves del triunfo del equipo de Michigan.
Los Wolverines sobrevivieron al pobre partido ofensivo que hizo el base estrella del equipo Trey Burke, que sólo anotó siete puntos después de fallar 7 de 8 tiros de campo, incluidos 3 de 4 de triples, y acertar 4 de 6 desde la línea de personal.
Horford, hermano del pívot dominicano Al Horford, de los Hawks de Atlanta, aportó cuatro puntos al anotar 1 de 2 tiros de campo, y 2-3 desde la línea de personal y capturó un rebote.
Burke, como el resto de sus compañeros, se dedicó a especular demasiado con la posesión del balón y a falta de 28 segundos para concluir el partido solo estaban dos puntos arriba en el marcador (58-56) y posesión de Syracuse, que perdió la oportunidad de haber forzado la prórroga.
El base Brandon Triche cometió falta en ataque contra Jordan Morgan y ahí se acabó el partido para los Orange porque Horford anotó uno de dos tiros de personal.
El base reserva Trevor Cooney, de Syracuse, en la siguiente posesión falló un tiro en suspensión, y Morgan no perdonó con el mate decisivo a falta de dos segundos,
Los seguidores de los Wolverines presentes entre los 80.000 espectadores que llenaron las gradas del campo para presenciar el partido comenzaron la gran celebración.
Como anteriormente lo habían hecho los seguidores de los Cardinals, que dejaron atrás 27 años de espera antes de volver a tener la oportunidad de ganar de nuevo el título nacional, tres más de lo que también les tocó aguantar a los fanáticos de los Wolverines.